viernes, 26 de abril de 2013

Amargos y a la vez queridos 16.


Esto lo escribí el 16.4.3 , pero no he podido publicar antes.

No sé por qué, pero siempre he deseado con mucha fuerza los 16, para mi, una edad perfecta. Los he esperado tanto por diferentes motivos, que obviamente querían que fuesen perfectos.

Bien, pues no podía celebrarlo como quería porque mis amigas no estarían el sabado, todas por viajes.
Dije de irme con mis dos grupos de amigas aunque fuese a un café, pero estar juntas, pero no podían. A mi se me quitaron las ganas de todo sinceramente, porque todo eran problemas. Pero alfinal lo celebré por separado.
Aún así, dije que quería pegarme la fiesta el sábado, estuviesen las amigas que estuviesen. Pero claro...cuál fue mi sorpresa cuando el sábado estaba en otro lado... (Ya lo entenderéis)

A pesar de todos los problemas que hubo, parecía que mi cumpleaños empezaba perfecto, con buenisisismo pie...
Para empezar tomándome el desayuno, me encontré <--esta postal.
Significaba que después de haberme sacado el carnet de la moto hace un año, y haber esperado tener MI MOTO dos años, DOS PUTOS AÑOS...la iba a tener.
Claro, yo no me lo creí y fui a preguntarle a mi madre, cuando oí la respuesta, volví a la cocina para leerlo, y corrí otra vez a su habitación para darle un abrazo, llorando. Al fin iba a tener lo que tanto me habia costado, por lo que tanto había luchado y renunciado a otras cosas.

El jueves lo celebré con un grupo, y también me llevé una gran sorpresa cuando abro mi regalo y veo la entrada de MELENDI que tanto deseaba, y por la que estaba decepcionada porque pensaba que nadie me la había regalado, pero entonces llegaron ellas.

TENIA TOOOODOOOO LO QUE QUERIA. TODO. NO PODÍA PEDIR NADA MÁS.

El viernes fui a elegir la moto, y tras mucho meditar...nos decidimos por una PRECIOSA VESPA ROJA QUE YO SIEMPRE HABÍA QUERIDO.

El viernes... viernes 16. MALDITO VIERNES.
Esa noche me quedé dormida temprano viendo la tele, así que me quedé con la ropa puesta. Mi madre vino a despertarme para que me pusiera el pijama, MALDITA LA HORA EN QUE ME DESPERTÓ. Me empezaron a dar espasmos y sacudidas como ya me habían dado a mí cada mañana al despertar, así que eso no era nada nuevo para mi.
-¿No lo puedes controlar?- me dijo mi madre, que curiosamente se quedó en mi habitación mirándome como me quitaba la ropa para ponerme el pijama. Y gracias a dios que lo hizo.
-¿Tu eres tonta? ¿No ves que no?- luego me arrepentí rotundamente de decirle tonta.
Mientras decía eso me INTENTÉ quitar el jersey, y me dieron espasmos y temblores de forma tan fuerte que no podía controlarlo, me sentía inútil, el brazo derecho se me subió de golpe arriba, como si levantara la mano, y yo sentí como si se me hubiese desencajado. Del dolor que sentía sólo pude suspirar, un último soplo y nada más. Poco a poco, sin yo quererlo, pero dándome cuenta, fui cayéndome al suelo quedándome inconsciente  Yo podía escuchar a mi madre gritándome y sabía que me pasaba, pero no podía hacer nada. Cuando estuve inconsciente, en los primeros segundos me vi desde fuera.
Sentía impotencia.Mucha impotencia. Quedarse de esa manera en que tú oyes los gritos de tu madre y sabes que está desesperada pero no puedes decirle nada...
Quedé tirada en el suelo, completamente rígida, sin respiración, con la mandíbula desencajada e inconsciente. Me dijeron que mi madre salió de mi casa gritando y llorando por los pasillos, por el balcón y por el interfono pidiendo ayuda, y tratando de que mi padre la escuchara, pues mi padre había ido a bajar la basura.
Cuando desperté estaba en mi cama preguntando a mi madre que qué hacía ahí y qué me había pasado. Sí, como en las películas.
Mi madre no contesto para que no me asustara, pero entonces vi a los enfermeros del 112 entrando por mi habitación, comencé a llorar y recordé lo que me había pasado.
No sé exactamente que mi hicieron,porque un ataque epiléptico es una descarga de energía enorme, y me quedaba dormida a ratos, y cuando me despertaba sólo lloraba del miedo que tenia. 
Solamente recuerdo que me pincharon en el brazo y más tarde en el glúteo. También me acuerdo que cuando me pusieron en la silla de ruedas para sacarme de mi casa y llevarme a la ambulancia, me dijeron algo con lo que sonreí.
-¿Eso lo has dibujado tú?- me dijeron señalando a la puerta de mi armario donde cuelgo todos mis dibujos.
-Sí- respondí balbuceando, pues no tenía ni energía para hablar, y estaba nerviosisima. 
-Pues sigue así que llegarás muy lejos, es verdad, estan muy chulos. 
Yo contesté con un simple "gracias" guardandome las ganas de llorar; las que no pude contener más al ver que me ponían en una camilla y me llevaban al hospital. 
Mi madre fue conmigo en la ambulancia, ella conteniendose tambien las ganas de llorar, aunque ya lo había hecho antes. Mi padre, en el coche... él es más tranquilo que mi madre.
-Esque no quiero tener epilepsia otra vez-dije yo, pues, de pequeña ya había tenido y a los 9 años me dieron el alta. Y aunque yo era muy pequeña y no me acuerdo de nada, no quería tener una enfermedad.
-Yo he tenido epilepsia mucho tiempo y tengo un marido y dos hijos maravillosos- me dijo ella apretándome la mano.

Puede que parezca que todo esto es de película, pero es realmente lo que pasó exactamente.

De camino a lorca, dormía a rato, cuando despertaba, volvía a llorar, como antes.
Cuando por fín me sacaron de la ambulancia, fui de una camilla a una silla de ruedas. También como antes.
Yo quería andar, pero la verdad...no tenía ni fuerzas para demostrar que podía yo sola.
Los médicos me dijeron que pasaría la noche en observación. Dormí profundamente esa noche desde las 2 de la mañana hasta las 8. Cuando desperté, pedí que pasara mi padre un minuto.
Él me preguntó que si me habían dado espasmos. Con mucho miedo y en voz baja yo respondí que sí. Él se lo dijo a la enfermera, y cuando ella vino a verme me dieron espasmos...Así que recibí la "maravillosa" noticia,irónicamente hablando por supuesto, de que estaba ingresada, SÍ INGRESADA UN SÁBADO EN EL QUE IBA A CELEBRAR MI CUMPLEAÑOS. Eso sí, antes de darme esa noticia, me preguntaron unas cuantas veces si estaba embarazada, y me hicieron unas cuantas pruebas.

La verdad,es que no me pude quejar. La comida me gustaba, mis padres me compraban revistas y todo lo que se me antojaba, la gente me visitaba y me traía todo tipo de chocolate, vinieron mis amigas, mis dos mejores amigos que estaban de viaje me llamaron preocupados desde Marruecos, y mis otros dos mejores amigos vinieron con mis amigas. Me pasaba el día durmiendo, tenia una cama que subía y bajaba con un mando y las enfermeras me adoraban.


Claro, todo eso quitando lo malo, y sin decir que ese fue el comienzo de mis 16. 
Todo el mundo se preocupó por mi, no hubo nadie que me fallara, más bien, hubo gente que me sorprendió.

Llegó el último día en el que una neuróloga me vio y me hundió la vida en 5 segundos.
-Tiene una epilepsia hereditaria fiebril y noseque mierdas mas. Debe dormir como muy poco 8 horas, nada de excitantes,así que adiós al alcohol, al café, y por supuesto nada de porros ni de cristal..nada de drogas, y sé que alomejor con esto último los padres os echareis la mano a la cabeza, pero a veces no conocemos a nuestros propios hijos-dijo intimidandole a mi padre- aunque tú tienes cara de ser buena estudiante y esas cosas.-dijo intentando arreglarlo.
-Y una cosa muy importante para ella, ¿Podrá conducir la moto?- pregunto mi padre.
-No, bajo ningún concepto.

Rompí a llorar agachando la cabeza. Cuando la doctora se fue, mi padre me dijo dándome un abrazo algo que no olvidaré nunca:
"No te preocupes, siempre te quedará tu querida música, y tu Milindri"
Yo no respondí.

Escribo esto un mes después justo de que me ingresaran.
Nadie sabe la angustia que yo sentí esos días y que estoy sientiendo aún en estos momentos aún acordandome. 
Llevo un mes sin probar el alcohol, ni el café, sin mi regalo tan esperado de cumpleaños, y sin motivación alguna por que llegue el verano. Peleándome día tras día con mi padre llegándonos a odiar por la puta epilepsia. 
Un mes soportando que todos los días alguien me pregunte como estoy. ESTOY BIEN.
Un mes hablandole a la gente y sonriendo como si no me importara, sobre lo que me pasó.Tomándome pastillas que me dan mareos y dolores intensos de cabeza, y a veces hacen que no pueda respirar.
Un puto mes, un solo mes, siendo positiva.
Siempre he sido negativa, incluso para las cosas más insignificantes, y ahora me doy cuenta de que soy la más optimista del mundo. Que soy fuerte, cosa que nunca había demostrado serlo. Pensando no volver a celebrar más ni un sólo cumpleaños. 

Con todo esto no sé si os daréis cuenta de lo mal que lo paso, como para que vengan gritandome "QUE ESTOY ENFERMA,QUIERO VERLO O NO,QUE ESTOY ENFERMA DE UNA ENFERMEDAD LLAMADA EPILEPSIA Y QUE LO RECOZCA."

¿Que no lo quiero ver? ¿A caso me acuesto a las 4,me emborracho, me tomo cafés a menudo, y estoy tan bien sin medicos ni pastillas, como antes? ¿A caso me monto en mi vespa roja? ¿A caso estoy haciendo mi vida normal? ¿A  caso no he vistiado el medico en un mes más que en toda mi puta vida? ¿A caso no me han prohibído hacer hasta deporte? NO, PUES CALLATE PEDAZO DE GILIPOLLAS.

Llevo un mes soportando que la gente me trate como una enferma, para mi una enferma es una pobre criatura que tiene cancer. Sé que lo estoy, pero tampoco hace falta que me lo digáis. 
Llevo un mes haciendo lo que supuestamente tengo que hacer para toda mi vida y ya estoy desesperada, así que no vengas a tocarme los cojones diciendome que estoy enferma porque lo se de sobra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario